El motor minero, las concesiones y los impactos ambientales




En días pasados vimos cómo el Gobierno venezolano emprendió una nueva serie de medidas económicas, como lo dijimos en nuestro artículo anterior, el gobierno Bolivariano acudiría a la minería para tratar de salir de la crisis, lo cual ocurrió. Pero lo más sorprendente fueron las concesiones y a quién fueron otorgadas.

Por otro lado, sorprendió la creación de la Compañía Anónima Militar de Industrias Mineras, Petrolíferas y de Gas (CAMINPEG), compañía adscrita al Ministerio de la Defensa, lo cual constituye un hito en la historia de Venezuela, donde nunca antes la Fuerza Armada había sido autorizada para extraer Recursos Naturales, pues su función es defender esos recursos y no explotarlos, la pregunta que surge es ¿Cuáles son las consecuencias de esta decisión del presidente Nicolás Maduro?

Lo de CAMINPEG tiene gran resonancia porque el sistema militar tiene autonomía del mundo civil, por ejemplo, existe la justicia militar, la contraloría de la FANB, la fiscalía general militar, pero los civiles no intervenimos en este sistema, al menos el ciudadano común no podrá hacer contraloría social de esta empresa, y es lo más preocupante.

Ahora vayamos a las concesiones otorgadas, el gobierno de Venezuela otorgo una concesión a la empresa canadiense Gold Reserve, esto parece paradójico pues Canadá es uno de los países que más férrea oposición a puesto al modelo bolivariano, algunos dirán que las transnacionales no tienen fronteras y es verdad, pero este es un gobierno que siempre se opuso a que las manos imperiales se aprovecharan de los Recursos Naturales de Venezuela.

Pero más allá de los aspectos políticos, es que la concesión otorgada es para minería a cielo abierto, es decir, no se va a instalar tecnología, no va a existir una planta de procesamiento del oro, que son menos impactantes al ambiente, simplemente se va a extraer. Se aprovechó la coyuntura económica para no hacer ningún estudio de impacto ambiental de los proyectos que se llevarán a cabo en el motor minero, es cierto que estamos en una crisis pero no debemos caer en la desesperación, cuando ni siquiera se ha acudido a un plan de austeridad económica, con reducción del aparato del Estado.

Lo más preocupante es que las empresas mineras de Canadá estén entrando en América Latina, como si se tratase de una invasión silenciosa, ya están en países como Perú, Colombia y la República Cooperativa de Guyana, si, en nuestro Esequibo estas empresas explotan nuestros recursos y ahora nosotros les abrimos las puertas para que se lleven el oro que queda de este lado.

Con estas medidas el gobierno de Nicolás Maduro, adquiere similitudes históricas con países como China luego de la muerte de Mao Tse Tung, cuando China se abrió a las inversiones extranjeras de los países capitalistas a los que se había opuesto.

Pero más allá de eso, ¿qué va a pasar con la contaminación en el lugar de las concesiones?, tenemos normas técnicas ambientales sobre la calidad del agua pero lo que pocos saben es que las condiciones de los ecosistemas no son iguales en toda Venezuela. Entonces, necesitamos estudios que establezcan los niveles de calidad ambiental que las compañías estén obligadas a respetar.

Debemos exigirles medidas ambientales de prevención, mitigación, compensación y control de los impactos ambientales generados por las actividades mineras, pero un momento, eso debe hacerse antes de darles la concesión, ya se la otorgaron.


Esto es muy preocupante y hasta ahora solo hemos visto dos puntos del problema, no hay discusión de este tema, no hay información oficial, el ministerio de ecosocialismo y aguas, solo existe en el papel y en las palabras románticas y mientras tanto otros se dedican a posicionar hashtags en Twitter.

Carlos Leal Ollarves
Licenciado en Estudios Ambientales 
Maestrante en Gestión de Recursos Naturales Renovables y Ambiente (con énfasis en Estudios de Impacto Ambiental

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