Crisis venezolana: el uso de la criptomoneda para afianzarse en el poder



Empezaré este artículo confesando que jamás imaginé el nivel de deterioro intelectual, político, social y moral en el que caería la República, aunque bien, era previsible la caída económica del modelo socialista. A lo largo de mi vida, he estudiado la historia de Venezuela y siempre he llegado a la misma conclusión, Venezuela es una nación que no ha terminado de constituirse.

Venezuela fue el único país del continente cuya guerra de independencia duró 13 años, contados desde la declaración de independencia, el 19 de abril de 1810 hasta la capitulación del último Capitán General de Venezuela, el español Francisco Tomás Morales, en Maracaibo, el 3 de agosto de 1823.

Si hiciéramos un paralelismo con la historia de Venezuela, diríamos que Venezuela vive una situación mucho peor que la vivida en la época de José Tomás Boves, Boves fue quizás el primer caudillo popular, aquél hombre usó en sus discursos retóricos, los resentimientos de clase, explotaba las diferencias raciales entre blancos acaudalados y pardos, negros e indios pobres, esos rencores vivían en él, pues la sociedad mantuana lo rechazaba. Con la promesa de venganza, ascenso social y poder, Boves caló en las poblaciones pobres muy rápido, llegando a ser una amenaza para los independentistas.

De igual forma surgió, de nuevo, una ideología que se basa en el falso nacionalismo, en el rencor y la lucha de clases, disfrazada bajo el concepto de justicia social pero que en la práctica ha generado una clase empobrecida y otra sumamente rica, de funcionarios y amigos del gobierno.

El populismo ha degenerado la sociedad a tal punto de ver venezolanos peleando por un pedazo de pernil o un juguete para sus hijos, el régimen madurista vio la oportunidad de controlar a la población a través de la alimentación al mejor estilo cubano.

Jamás en la historia de Venezuela se había visto tanta corrupción, familiares del presidente condenados por narcotráfico, un vicepresidente acusado de ser pieza clave para el tráfico internacional de drogas, un régimen corrupto y cruel que juega con la vida de millones de venezolanos con el fin de mantener el poder, la muerte de venezolanos en las calles por acción de la Guardia Nacional y la Policía Nacional, en los hospitales por falta de medicina, en las esquinas por culpa de la delincuencia, niños desnutridos y cientos de miles de personas saliendo por las fronteras huyendo de situaciones que asombraría hasta a Dante Alighieri aquél que describió el infierno.

Y es así como este hombre ignorante y despiadado que gobierna Venezuela dirige al igual que Boves, una Legión Infernal. El mundo ha sido testigo de los desmanes de este régimen que se atrevió a armar poblaciones civiles en contra de civiles desarmados, que se atrevió por primera vez a meter tanquetas a urbanizaciones, a entrar a las casas a buscar jóvenes, dispararles y asesinarlos sin piedad ni temor, hablo de la Guardia Nacional Bolivariana, que es un órgano que debe ser desintegrado y suprimido de la Fuerza Armada.

La actual Fuerza Armada Nacional ha sido cómplice de las violaciones a la constitución, de los crímenes del régimen y de los altos niveles de corrupción generalizada.

El Tribunal Supremo de Justicia es presidido por un delincuente cuyo prontuario se encargó el mismo gobierno de borrar y limpiar, en una acción sin precedentes para la justicia venezolana.

La Fiscalía General fue tomada mediante un golpe de Estado, promovido por Maduro a través de la llamada Asamblea Constituyente electa bajo acciones fraudulentas.

La Asamblea Constituyente cuyos miembros deben ser juzgados por su complicidad en la violación sistemática de la constitución y que avalan las acciones ilegales del régimen.

La Contraloría General que es controlada por el compadre de Maduro y cuyo contralor ha caído en los peores casos de nepotismo moderno.

El Estado hoy es usurpado por unos sátrapas, que no pierden tiempo en violar la constitución. Venezuela dejó de ser un país descentralizado, no tiene separación de poderes, no goza de elecciones libres, y en el último acto de criminalidad de su régimen dictatorial, han creado la llamada criptomoneda El Petro, que es una nueva estafa con la que terminarán de desangrar el país.

El actual dictador venezolano es un hombre sumamente ignorante, tan ignorante que es una amenaza para la región, por el poder que tiene, con las mayores reservas de petróleo del mundo, este hombre está rodeado de otros ignorantes como su asesor económico, el español Alfredo Serrano Mancilla, este entre otros es el responsable de las absurdas medidas económicas que toma Nicolás Maduro.

Las distorsiones macroeconómicas de Venezuela son tan grandes que ni siquiera las mayores reservas de petróleo del mundo pueden sostener la vida económica de 30 millones de personas. La falta de libertades económicas que ha producido el llamado Socialismo del Siglo XXI, mediante el hostigamiento a la propiedad privada, las expropiaciones, el control de precios del dólar, los controles de precios de innumerables productos de consumo nacional, la intervención constante del gobierno y la Guardia Nacional en las contadas empresas  productivas del país aunado a la caída de los precios del petróleo aumentaron la crisis.

Pero sobre todo la gran cantidad de dinero que se han robado los funcionarios y empresarios chavistas, cuya nueva estafa es El Petro. Una criptomoneda, es una moneda virtual descentralizada (no depende de ningún Banco Central) cuya seguridad depende del procesamiento de algoritmos que producen miles o quizás millones de ordenadores, que hacen cada vez más fuerte el código, a través del método de enjambre, lo que hace imposible hackear dicho código.

El valor de una criptomoneda, lo define la oferta que es determinada por la capacidad de procesamiento y la demanda, miles de inversionistas y usuarios que acuden a ellas para hacer comercio. La tecnología Blockchain, o bloques de cadena que hacen tan seguras las criptomonedas, es lo más importante porque incluso podría garantizar los procesos electorales en el mundo, este será el tema de discusión en la próxima década.

Pero, ¿cómo puede un gobierno cuyo manejo de las libertades económicas ha llevado a la economía del país con más recursos de América Latina a la quiebra, hacer que vean atractiva su criptomoneda? La respuesta: Es imposible. Pero sobre las maravillas de las criptomonedas también hay un lado oscuro, y es el uso de ellas en acciones ilegales, en la DeepWeb, que es el lado oscuro de internet se puede comerciar con ellas, desde pornografía infantil hasta comercio de narcóticos y asesinatos por encargo, todo esto porque una criptomoneda es anónima y nadie podrá saber quién la usó si sabes protegerte en la web a través de herramientas que enmascaran tu IP.

Esto es lo preocupante, el régimen de Venezuela ha estado usando esto pero ahora quiere que sea legal, para así terminar de desfalcar a la nación sin que nunca nadie sepa dónde está el dinero robado.

Pero ahora, ¿por qué pasa esto en un país donde la mayoría de sus ciudadanos tiene decencia y valores democráticos?

Muchos dirán: pues porque es una dictadura, y es cierto, pero también porque no hay una estructura de poder que suplante al Chavismo. Ahí es a dónde vamos, la única salida del conflicto en Venezuela, pasa por una acción armada, es la única forma de derrotar militarmente a una dictadura militar como la de Venezuela.

En el exterior, habitan miles de venezolanos con diferentes mentalidades, mucho de los cuales desean con fervor recuperar su país, que tienen un modo de vida que no eligieron pero que les tocó vivir. Ahora, ese pueblo no tiene ningún liderazgo y mientras ese liderazgo no exista veremos a los chavistas afianzados en el poder destruyendo nuestro país.

Ahora para crear una estructura de poder se necesita un liderazgo moralmente capaz, financieramente operativo y políticamente claro. Los venezolanos cuentan con un Tribunal Supremo legítimo en el exilio, cuentan con una Asamblea Nacional electa democráticamente, estos dos órganos pudiesen, el primero destituir al presidente y demás miembros del régimen por sus violaciones a la constitución legitima de 1999 y nombrar un gobierno provisional que arme una nueva Fuerza Armada y con la ayuda de países aliados intervenga para neutralizar por acción militar a la dictadura actual.

Esto suena radical, y lo es, solo una acción radical salvará a Venezuela de 15 años más de tiranía, opresión y entrega de nuestro país a intereses chinos y rusos, una vez derrocados los miembros del régimen, posterior a la derrota militar del chavismo, se debe proceder a juzgar a todos los responsables de la crisis incluso a aquellos de menor participación.

Solo así se podrán tomar medidas que ayuden a desmontar el socialismo, neutralizar los grupos criminales dentro de Venezuela y generar un cambio positivo al tercer año.

De no ser así, el conflicto venezolano inevitablemente, afectará a la región en una crisis que aún no somos capaces de ver pero que ya se perfila en las fronteras de Venezuela, como dijo Simón Bolívar, “¿Calma? Es que acaso de 300 años de calma no bastan..." En nuestras manos esta salvar a Venezuela de 15 años más de muerte lenta o perderla para siempre a mano de un puñado de comunistas ignorantes.

Como venezolano me niego a creer que la única solución sea esperar a que los corruptos militares de la Fuerza Armada Chavista quieran derrocar a Maduro y también me niego a creer que debamos perder el país para siempre. Como venezolano en el exterior no olvido, ni podré olvidar las penurias y angustia que sufre nuestro pueblo y lamento que mi mayor aporte sean estas palabras de reflexión para quienes me leen.

Recuerden Boves hizo daño hasta que lo mataron y como dijo Dante Alighieri “los lugares más calientes del infierno están reservados para quienes en tiempos de crisis moral se mantienen neutrales”, no olvidemos que Bolívar tuvo que exiliarse varias veces y organizar venezolanos y pedir apoyo a otros países como Inglaterra, Haití, las Provincias Unidas de Nueva Granada para poder libertar Venezuela, no podemos los hijos de Bolívar ver perder la libertad a manos de comunistas cubanos, chinos y rusos.


Pensemos en el liderazgo y en la estructura de poder que debemos construir para recuperar a Venezuela de la tiranía y la ignorancia. 

Carlos Leal Ollarves

Reflexiones sobre la crisis económica de Venezuela


(31 de mayo de 2016)- La actual crisis que vive Venezuela era la crónica de una muerte anunciada, como aquella novela de Gabriel García Márquez, en la que se sabe que el protagonista murió pero no quién lo mató; el país tarde o temprano sufriría un declive económico cuando los precios del petróleo cayeran como pasó.

Durante los últimos 12 años, el gobierno nacional construyó un modelo económico llamado socialismo del siglo XXI o socialismo a la venezolana, que en la práctica no fue más que un capitalismo de Estado al mejor estilo soviético. Las empresas estratégicas estaban en manos del Estado pero este fue más allá expropiando tierras, empresas de alimentos, de electricidad, entre otros, en fin el Estado entró en la economía totalmente.

El gobierno aplicó el modelo bajo la premisa que sus gerentes socialistas, representaban al hombre nuevo, correcto, honrado, altamente motivado por el amor a su patria, pero como la ley de Murphy dice si algo puede salir mal, saldrá mal, los gerentes socialistas en su mayoría resultaron individuos corruptos, ineptos e individualistas.

Esto es debido a que el ciudadano venezolano, entre los que me incluyo, es egoísta e individualista, como lo ha demostrado la historia solo las empresas familiares han prosperado y se han mantenido en el tiempo, ejemplo empresas Polar, Grupo Cisneros, Alfonzo-Rivas, entre otros.

Nadie trabaja sino por su propio bien o el de su familia, entonces el concepto de empresa comunal no aplica al grueso de la población, no dudo que hallan comunidades que puedan producir en armonía pero no es la regla sino una excepción.

El gobierno queriendo imponer este modelo socialista comunal expropió a su antojo, desalentó la inversión privada, frustró el emprendimiento y cometió un segundo pecado no combatió la delincuencia y apoyó las invasiones muchas veces cometidas por delincuentes, esto promovió el éxodo campesino más grande de la historia, la poca población de los campos venezolanos fue a parar a las ciudades y hoy el 90% de los venezolanos viven en ciudades.

Las fincas expropiadas fueron digamos “saqueadas” por las bandas formadas por el ministro Juan Carlos Loyo, que habitaron esas fincas y los fines de semana mataban una res o un cochino y hacían un festín hasta que los animales se acabaron y se fueron, pasó sobre todo en el estado Apure; luego formaron empresas socialistas que terminaron quebradas o pidiendo recursos constantemente al presidente Hugo Chávez.

Después de todas estas políticas erradas, el aparato productivo venezolano cayó y su vacío fue llenado con amplias importaciones, cuyos trámites dejaron dilatados casos de corrupción y desfalco a la nación.

Luego de esto a partir del año 2011 empezamos a ver casos de desabastecimiento de productos esporádicamente en los supermercados, hasta la situación agravada a partir del año 2013, luego de la muerte de Hugo Chávez, incluso si observamos el dólar negro que antes de la muerte de Chávez cotizaba a través de una página llamada la lechuga en Bs 22 y que luego de la muerte de Chávez subió a Bs 29, comenzando un proceso de crecimiento acelerado hasta los Bs 1000 de la actualidad.

Todo se importaba y con la popularización del dólar negro, la clase comerciante empezó a responder a esta tasa de cambio generando la espiral inflacionaria que hasta hoy continua, por supuesto, que esto no exculpa al gobierno que en primer lugar convirtió al país en un súper importador.

Los controles de precios ayudaron a destruir el aparato productivo pues los productores debían producir a pérdida o venderlo en el mercado negro. Los productos regulados desaparecieron totalmente y esto incrementó la clase comerciante del país en su variante informal, que especula con la comida y los alimentos de los venezolanos.

La aparición de los bachaqueros representa el abismo donde se hunde el socialismo y los valores que intentó establecer en la sociedad venezolana y que degeneró en el capitalismo más salvaje de la historia, esto se traduce en la destrucción moral de la República.

Se presenta un alto funcionario de gobierno corrupto, un funcionario policial corrupto y delincuente cómplice de los bachaqueros, un comerciante acaparador y especulador y un ciudadano de a pie convertido en buhonero de la comida y las medicinas, es como si todas las plagas se hubiesen ensañado contra Venezuela.

La economía venezolana la constituyen hoy los oligopolios, fomentados por el mismo gobierno al desalentar el emprendimiento, estos son pequeños grupos de productores que controlan el mercado mediante la oferta, ellos no pueden satisfacer el mercado venezolano.

Entre las características de los oligopolios esta que los precios sean altos, porque no hay suficientes productores, a lo que el gobierno respondió con control de precios, una lista que no actualiza constantemente, expropiación e importaciones, cuando el problema real está en el emprendimiento, solo nuevas empresas, nuevos productos, nuevas marcas cambiarían el estatus quo.

Con esto el gobierno impide que surjan nuevos productores, nadie invierte en un país que no respeta la propiedad privada, por supuesto, los precios suben, se aplican controles de precios y los productos desaparecen, creándose una clase económica parasita como son los bachaqueros.



El gobierno no cree en la competencia, piensa que esta es una característica capitalista, y no es capaz de competir con otras empresas a través de sus empresas socialistas y tampoco quiere que otras empresas privadas compitan con las empresas monopólicas y oligopólicas del país. Esta es la gran paradoja del modelo económico socialista.

Otro problema del modelo es el pavor que le produce la publicidad, como no cree en la competencia, no promociona sus productos, en contraposición acude a la propaganda para promover sus ideales políticos, esto hace que sus empresas solo tengan un impacto regional, nacional y no puedan convertirse a futuro en empresas exportadoras.

En contraposición, que distinto sería un modelo que promueva la competencia, que muchas empresas produzcan el mismo bien, y se genere tanta oferta que seamos capaces de exportar ese producto. Qué desarrollo alcanzaríamos si creásemos zonas económicas, si ordenáramos nuestro territorio para el desarrollo y no la anarquía que se vive hoy, con las invasiones. Solo un modelo moral podrá cambiar el destino de este país, que sufre un declive de su moral y su ética en todas sus estructuras.   

Carlos Leal Ollarves



El agua potable en Venezuela, ¿un recurso finito?



En un artículo anterior se dijo que Venezuela carecía de políticas ambientales reales, y lo es porque en nuestra Nación la variable ambiental está relegada no a un segundo o tercer lugar sino a un décimo o décimo primero, evidencia de esto es la actual crisis por el acceso al agua que sufren muchas ciudades de Venezuela, como Barquisimeto, Maracaibo, Valencia, entre otras.

Sobre las políticas de planificación integrada de recursos hídricos de Venezuela, sabemos poco o nada. Cuando se construye un embalse el mismo puede tener una vida útil de 40, 50, 60 años, es variable según distintos factores ambientales, como geología, textura del suelo (Arena, limo o arcilla), entre otros, pero antes que el embalse cumpla su vida útil y complete su proceso de colmatación (acumulación de sedimentos en el vaso de la presa) se debe sustituir con un nuevo sistema de abastecimiento de agua a la población, ya sea por pozos, nuevos embalses o plantas desalinizadoras de agua como último recurso.

Entonces, la política de planificación integrada de los recursos hídricos, debe responder a las demandas de crecimiento poblacional del país, entre las ciudades que están creciendo con mayor velocidad y las nuevas ciudades donde queremos promover el desarrollo industrial del país. En todo caso, no hemos pensado cuándo nuestras grandes ciudades como Maracaibo, Barquisimeto o Valencia llegarán al límite de su capacidad de carga, las mismas ya están mostrando indicios de ello a través de la escasez de agua, y el Estado ha respondido con cortes programados, donde algunos habitantes tienen acceso al agua 3 o 4 días a la semana.

Pero no vemos un plan de contención ante un problema que se agravará en los próximos cincos años, en el caso de la ciudad de Barquisimeto desde hace 40 años, se ha venido construyendo un embalse en el Parque Nacional Yacambú, denominado proyecto Sistema hidráulico Yacambú-Quibor, tenía por objeto abastecer de agua a los campos agrícolas de la depresión de Quibor, conocida como El Valle de Quibor, esta es un área estratégica para la seguridad alimentaria de la Nación, y otra parte del recurso hídrico vendría a abastecer a la población barquisimetana.

Pero este proyecto fue elaborado hace 40 años, y ante el crecimiento poblacional de Barquisimeto, aunado a la construcción de miles de viviendas nuevas en la ciudad por la Gran Misión Vivienda Venezuela y las crecientes protestas por falta de agua en las comunidades, ¿el Estado usará el agua de riego para la agricultura para abastecer a la población?

 Aunque bueno también es evidencia que desde hace muchos años no hay planificación de los recursos hídricos, si bien el Estado venezolano no ha hecho mucho sobre el abastecimiento de agua potable es porque prefiere las represas para generación hidroeléctrica, en el año 2006 se inauguró la represa de Caruachi, y en 2012 se inauguró Tocoma,  forman parte de los últimos represamientos a lo largo del río Caroní.

Si observamos un poco la historia todo empezó en 1956, cuando el gobierno de Gral Marcos Pérez Jiménez planificó la actual central hidroeléctrica Simón Bolívar mejor conocida como embalse El Guri, en 1957 se comenzó su construcción truncada por el derrocamiento del Gral Pérez Jiménez en 1958, la obra finalizó más de 20 años después en 1978.

Ciertamente, durante aquella dictadura se descubrió el gran potencial hidroeléctrico de la cuenca del río Caroní que se materializaría con la construcción de los embalses El Guri, Macagua I, II y III,  Caruachi y Tocoma. El río Caroní es nuestro brazo hidroeléctrico, pero ¿es necesario proteger la cuenca hidrográfica del río Caroní?, ¿será necesario evitar los procesos de erosión que pueden reducir la vida útil de nuestros embalses por acumulación de sedimentos?

La textura del suelo se divide en orden de tamaño de mayor a menor en Arena, Limo y arcilla, la arena tiene un gran poder abrasivo, tan fuerte que el proceso de arenado consiste en lanzar arena a alta presión para pulir metales, es usado para retirar la pintura de los tanques de guerra. Ahora lo que pocos saben es que cuando existe deforestación el agua de los ríos arrastra gran cantidad de sedimentos (rocas de variado tamaño, arena, limo y arcilla), existen mecanismos para retener las rocas de distintos tamaños según su granulometría pero la arena suele colarse y su poder abrasivo va desgastando el metal de las turbinas de generación hidroeléctrica.

Ahora volvamos a una ciudad como Barquisimeto cuyos sistemas de abastecimiento de agua tienen su inicio en embalses sobre cuencas hidrográficas poseen gran contenido de arena por la característica mayormente semiárida de las regiones larenses. El río Tocuyo represado en el embalse Dos Cerritos, abastece de agua a los municipios Morán, Jiménez e Iribarren (Capital Barquisimeto), pero como se dijo este río atraviesa zonas semiáridas donde abunda la arena y esto provoca que los sistemas de bombeo fallen por deterioro de las bombas, por la misma acción abrasiva de la arena ya mencionada.

Pero, ¿dónde están los planes y proyectos para el manejo de estas cuencas hidrográficas?, no existen, por eso decimos que no existe mucho menos una política ambiental en el país, no se está haciendo una gestión adecuada de los recursos naturales que sostienen nuestra sociedad.

Si observamos bien los grandes problemas que afectan a Venezuela tienen conexiones con la variable ambiental, esa que está en el último lugar de importancia, como hablamos el problema del agua, de la energía, de la alimentación, de la contaminación atmosférica (Calima en las ciudades), basura en las ciudades, incendios forestales, enfermedades como el zika y la chinkunya, se parecen a las 7 plagas que azotaron Egipto, un castigo de la naturaleza, pero no es más que un problema de gestión ambiental.

El gobierno nacional arrancó el plan arco minero, para “salir de la crisis económica” esto se traducirá en la deforestación de miles de hectáreas de bosque, contaminación de las aguas, aumento de la erosión eólica e hídrica, alteración del equilibrio ecológico, entre muchos otros impactos ambientales negativos, y la pregunta que queda en el aire, ¿cambiará el régimen climático de Venezuela con todos estos desequilibrios?

¿Qué nos espera en los próximos cinco años?, si al sur de Venezuela están los mayores recursos hídricos de la nación, ¿por qué estamos dañando la única vía de escape para evitar la sobrepoblación de nuestras grandes ciudades?, un ser humano puede vivir 8 días sin comer pero solo 3 días sin beber agua, tres días con temperatura ambiental moderada claro.

Ante estos problemas pregunto, ¿por qué dejamos lo ambiental en el último lugar de importancia?

Carlos Leal Ollarves
Licenciado en Estudios Ambientales
Maestrante en Gestión de Recursos Naturales Renovables y Ambiente (con énfasis en Estudios de Impacto Ambiental



La política ambiental inexistente de Venezuela: Una verdad incómoda


En el año 2012 el entonces presidente de Venezuela Hugo Chávez, presentó al país un nuevo plan de desarrollo económico y social del país, conocido como el Plan de la Patria, el mismo contemplaba cinco objetivos históricos que se debían perseguir, el quinto objetivo era “Salvar el planeta y preservar la especie humana”, y estaba acompañado por una serie de acciones en pro de la conservación ambiental y del desarrollo sostenible, tal como manda la constitución de 1999.

Pero como todo sabemos el recién reelecto presidente de Venezuela, Hugo Chávez falleció antes de tomar posesión de su tercer mandato, y ante esto, el país eligió a su sucesor político como presidente del país, Nicolás Maduro debía aplicar el mismo plan de gobierno pero en un giro inesperado para muchos el nuevo gobierno fue por un rumbo distinto.

En 2014, Maduro suprimió el antiguo Ministerio del Poder Popular para el Ambiente, y pasó sus atribuciones a un nuevo ministerio llamado Ministerio de Ecosocialismo, Vivienda y Hábitat, lo cual implicaba la fusión de dos ministerios Vivienda y Ambiente, algo totalmente descabellado y a lo que muchos profesionales nos opusimos abiertamente.

La fusión era un error porque un ente generador de impactos ambientales como el ministerio de la vivienda no podía regularse a sí mismo. La Gran Misión Vivienda Venezuela contempla la construcción de más de 2 millones de viviendas y ha generado grandes impactos ambientales, como la disminución de la disposición de agua en ciudades como Barquisimeto, que ya rebasó su capacidad de carga como ciudad, es decir, ya no soporta más habitantes.

Otro caso es el del estado Mérida, donde la GMVV ha construido gran cantidad de viviendas y edificios de varios pisos a sabiendas que la región presenta alto riesgo sísmico. En términos generales la GMVV se ha encargado de sobre poblar las ciudades en vez de crear ciudades nuevas.

Nuestra Constitución promueve el desarrollo sustentable, es decir, un equilibrio entre el desarrollo social y político, con el desarrollo económico y la preservación del ambiente. El modelo socialista bolivariano se apoyó únicamente en el desarrollo social del país pero no en el desarrollo de un modelo económico que sostuviera la inversión social y realmente pensó muy poco en el ambiente, más allá de la aprobación de algunas leyes, como la Ley Penal del Ambiente, donde se habla de los tribunales ambientales que solo existen en el papel.

El hoy extinto Ministerio del Ambiente, era un ente burocrático, muy pesado, con poco presupuesto y donde no se empleaba gente nueva, en lo personal fui pasante de dicho Ministerio, donde nunca me pagaron un sueldo por el trabajo que hacía, a pesar que a la empresa privada si se le exigía un pago a sus pasantes.

Habían pocos vehículos, si algún ciudadano necesitaba una inspección debía ir a buscar al funcionario del ministerio del ambiente para llevarlo hasta el lugar de la inspección, me imagino que esperaban que alguien que está infringiendo alguna ley ambiental vaya a buscar al funcionario que lo va a sancionar, parece estúpido y lo es.  

Pero cuando veíamos el presupuesto del ministerio del ambiente nos dábamos cuenta que el mismo era risible con respecto a un ministerio como el de la Vivienda, al gobierno bolivariano no le interesa que algún técnico ambiental le diga que ahí no puede construir una vivienda, eso le restaría votos.

Existe una jocosa historia en la que un alcalde de algún municipio del estado Mérida, dice que rellenen una grieta de unos 5 metros de ancho y de gran longitud para construir viviendas ahí y un funcionario de la alcaldía, un técnico ambiental le dice que no pueden hacer eso porque esa es una falla geológica, es una historia real.

El antiguo ministerio del poder popular para el ambiente, tendría una efectividad en fiscalización de entre 15 y 35%, existían muchos delitos ambientales que no eran sujeto de sanción por la precariedad presupuestaria. En cuanto a la investigación ambiental y recopilación de datos de calidad ambiental, eran casi nulos, con excepción de algunos funcionarios que hacían una labor heroica, trabajando casi con las uñas para generar información ambiental.

Ante este panorama, se realizó una fusión y luego la creación del actual Ministerio de Ecosocialismo y Aguas. Tómese en cuenta que se suprimió el ministerio, se fusionó con otro, se volvió a separar y se le cambio el nombre de manera radical, esto dejó al ministerio en una situación legal deplorable, y a sus funcionarios como pajaritos en grama, y aquí viene la parte curiosa.

Hace pocos días el gobierno de Nicolás Maduro dio una serie de concesiones mineras, incluso a empresas como la Gold Reserve, que había sido sancionada por el anterior ministerio del Ambiente, y sacada del país por el anterior gobierno, sin embargo, se les entregó gran parte del territorio con grandes reservas de oro, todo esto sin estudios de impacto ambiental, sin discusión, bueno como quien vende un carro de su propiedad. Parece un plan muy bien pensado, y nos preguntamos, ¿ante qué clase de gobierno estamos?

Pero, ¿cuál es la solución? Nuestra constitución aboga por un desarrollo sustentable, alcanzar un equilibrio entre lo económico, lo social y lo ambiental, para ello debemos administrar de manera racional nuestros recursos naturales.
Es necesario que exista una vicepresidencia que promueva el desarrollo sustentable y que rija toda la política de desarrollo económico, social y político del país, bajo esta premisa.

Es necesario completar el proceso de ordenamiento territorial comenzado en 1983, municipalizar los planes de ordenamiento territorial y los permisos para desarrollar cualquier actividad económica que implica el aprovechamiento de los recursos naturales.

Como ya dijimos antes se deben crear zonas económicas especiales, donde se promuevan actividades económicas según las potencialidades de cada región del país. Se deben crear normas ambientales más específicas para cada región del país según sus particularidades  y crear todos los enlaces institucionales a nivel municipal que permitan desarrollar al país de manera sostenible.


Esta entre otras cosas, deberían regir los planes de desarrollo nacional, ante el panorama actual nos preguntamos, ¿cuáles serán las consecuencias de las acciones del actual gobierno venezolano?


Carlos Leal Ollarves
Licenciado en Estudios Ambientales 
Maestrante en Gestión de Recursos Naturales Renovables y Ambiente (con énfasis en Estudios de Impacto Ambiental