La política ambiental inexistente de Venezuela: Una verdad incómoda


En el año 2012 el entonces presidente de Venezuela Hugo Chávez, presentó al país un nuevo plan de desarrollo económico y social del país, conocido como el Plan de la Patria, el mismo contemplaba cinco objetivos históricos que se debían perseguir, el quinto objetivo era “Salvar el planeta y preservar la especie humana”, y estaba acompañado por una serie de acciones en pro de la conservación ambiental y del desarrollo sostenible, tal como manda la constitución de 1999.

Pero como todo sabemos el recién reelecto presidente de Venezuela, Hugo Chávez falleció antes de tomar posesión de su tercer mandato, y ante esto, el país eligió a su sucesor político como presidente del país, Nicolás Maduro debía aplicar el mismo plan de gobierno pero en un giro inesperado para muchos el nuevo gobierno fue por un rumbo distinto.

En 2014, Maduro suprimió el antiguo Ministerio del Poder Popular para el Ambiente, y pasó sus atribuciones a un nuevo ministerio llamado Ministerio de Ecosocialismo, Vivienda y Hábitat, lo cual implicaba la fusión de dos ministerios Vivienda y Ambiente, algo totalmente descabellado y a lo que muchos profesionales nos opusimos abiertamente.

La fusión era un error porque un ente generador de impactos ambientales como el ministerio de la vivienda no podía regularse a sí mismo. La Gran Misión Vivienda Venezuela contempla la construcción de más de 2 millones de viviendas y ha generado grandes impactos ambientales, como la disminución de la disposición de agua en ciudades como Barquisimeto, que ya rebasó su capacidad de carga como ciudad, es decir, ya no soporta más habitantes.

Otro caso es el del estado Mérida, donde la GMVV ha construido gran cantidad de viviendas y edificios de varios pisos a sabiendas que la región presenta alto riesgo sísmico. En términos generales la GMVV se ha encargado de sobre poblar las ciudades en vez de crear ciudades nuevas.

Nuestra Constitución promueve el desarrollo sustentable, es decir, un equilibrio entre el desarrollo social y político, con el desarrollo económico y la preservación del ambiente. El modelo socialista bolivariano se apoyó únicamente en el desarrollo social del país pero no en el desarrollo de un modelo económico que sostuviera la inversión social y realmente pensó muy poco en el ambiente, más allá de la aprobación de algunas leyes, como la Ley Penal del Ambiente, donde se habla de los tribunales ambientales que solo existen en el papel.

El hoy extinto Ministerio del Ambiente, era un ente burocrático, muy pesado, con poco presupuesto y donde no se empleaba gente nueva, en lo personal fui pasante de dicho Ministerio, donde nunca me pagaron un sueldo por el trabajo que hacía, a pesar que a la empresa privada si se le exigía un pago a sus pasantes.

Habían pocos vehículos, si algún ciudadano necesitaba una inspección debía ir a buscar al funcionario del ministerio del ambiente para llevarlo hasta el lugar de la inspección, me imagino que esperaban que alguien que está infringiendo alguna ley ambiental vaya a buscar al funcionario que lo va a sancionar, parece estúpido y lo es.  

Pero cuando veíamos el presupuesto del ministerio del ambiente nos dábamos cuenta que el mismo era risible con respecto a un ministerio como el de la Vivienda, al gobierno bolivariano no le interesa que algún técnico ambiental le diga que ahí no puede construir una vivienda, eso le restaría votos.

Existe una jocosa historia en la que un alcalde de algún municipio del estado Mérida, dice que rellenen una grieta de unos 5 metros de ancho y de gran longitud para construir viviendas ahí y un funcionario de la alcaldía, un técnico ambiental le dice que no pueden hacer eso porque esa es una falla geológica, es una historia real.

El antiguo ministerio del poder popular para el ambiente, tendría una efectividad en fiscalización de entre 15 y 35%, existían muchos delitos ambientales que no eran sujeto de sanción por la precariedad presupuestaria. En cuanto a la investigación ambiental y recopilación de datos de calidad ambiental, eran casi nulos, con excepción de algunos funcionarios que hacían una labor heroica, trabajando casi con las uñas para generar información ambiental.

Ante este panorama, se realizó una fusión y luego la creación del actual Ministerio de Ecosocialismo y Aguas. Tómese en cuenta que se suprimió el ministerio, se fusionó con otro, se volvió a separar y se le cambio el nombre de manera radical, esto dejó al ministerio en una situación legal deplorable, y a sus funcionarios como pajaritos en grama, y aquí viene la parte curiosa.

Hace pocos días el gobierno de Nicolás Maduro dio una serie de concesiones mineras, incluso a empresas como la Gold Reserve, que había sido sancionada por el anterior ministerio del Ambiente, y sacada del país por el anterior gobierno, sin embargo, se les entregó gran parte del territorio con grandes reservas de oro, todo esto sin estudios de impacto ambiental, sin discusión, bueno como quien vende un carro de su propiedad. Parece un plan muy bien pensado, y nos preguntamos, ¿ante qué clase de gobierno estamos?

Pero, ¿cuál es la solución? Nuestra constitución aboga por un desarrollo sustentable, alcanzar un equilibrio entre lo económico, lo social y lo ambiental, para ello debemos administrar de manera racional nuestros recursos naturales.
Es necesario que exista una vicepresidencia que promueva el desarrollo sustentable y que rija toda la política de desarrollo económico, social y político del país, bajo esta premisa.

Es necesario completar el proceso de ordenamiento territorial comenzado en 1983, municipalizar los planes de ordenamiento territorial y los permisos para desarrollar cualquier actividad económica que implica el aprovechamiento de los recursos naturales.

Como ya dijimos antes se deben crear zonas económicas especiales, donde se promuevan actividades económicas según las potencialidades de cada región del país. Se deben crear normas ambientales más específicas para cada región del país según sus particularidades  y crear todos los enlaces institucionales a nivel municipal que permitan desarrollar al país de manera sostenible.


Esta entre otras cosas, deberían regir los planes de desarrollo nacional, ante el panorama actual nos preguntamos, ¿cuáles serán las consecuencias de las acciones del actual gobierno venezolano?


Carlos Leal Ollarves
Licenciado en Estudios Ambientales 
Maestrante en Gestión de Recursos Naturales Renovables y Ambiente (con énfasis en Estudios de Impacto Ambiental

El pensamiento ambientalista de Simón Bolívar: El discurso de Angostura


El 15 de febrero de 1819, se instaló el congreso de Angostura que proclamó la República de Colombia (conocida en la historia como la Gran Colombia), en este fragmento de dicho discurso del Libertador se evidencia la fuerte conexión que sentía con la naturaleza y la importancia de los recursos naturales que se reunían con la unión de Venezuela, la Nueva Granada (Colombia) y Quito (Ecuador), esfuerzo que se vería truncado 11 años después con la disolución de dicha república. A continuación un extracto del discurso. 
“Al contemplar la reunión de esta inmensa comarca, mi alma se remonta a la eminencia que exige la perspectiva colosal, que ofrece un cuadro tan asombroso.
Volando por entre las próximas edades, mi imaginación se fija en los siglos futuros, y observando desde allá, con admiración y pasmo, la prosperidad, el esplendor, la vida que ha recibido esta vasta región, me siento arrebatado y me parece que ya la veo en el corazón del universo, extendiéndose sobre sus dilatadas costas, entre esos océanos, que la naturaleza había separado, y que nuestra Patria reúne con prolongados y anchurosos canales.
Ya la veo servir de lazo, de centro, de emporio a la familia humana: ya la veo enviando a todos los recintos de la tierra los tesoros que abrigan sus montañas de plata y de oro; ya la veo distribuyendo por sus divinas plantas la salud y la vida a los hombres dolientes del antiguo universo; ya la veo comunicando sus preciosos secretos a los sabios que ignoran cuan superior es la suma de las luces, a la suma de las riquezas, que le ha prodigado la naturaleza.
Ya la veo sentada sobre el Trono de la Libertad empuñando el cetro de la Justicia; coronada por la Gloria, mostrar al mundo antiguo la majestad del mundo moderno”
Simón Bolívar
En la ciudad de Angostura (actual Ciudad Bolívar, Venezuela), el 15 de febrero de 1819.

Las contradicciones del modelo socialista bolivariano y el desarrollo sostenible


Venezuela está atravesando un período similar al que atravesó la República Popular China después de la muerte de Mao Tse Tung, lo dije en el anterior artículo, tras la muerte del líder de la revolución cultural, China atravesó una fuerte crisis económica y un estancamiento en el desarrollo del país, a lo que el gobierno chino respondió con una serie de reformas económicas, que incluyeron la creación de zonas económicas especiales, reducción de impuestos entre otros beneficios fiscales a la inversión extranjera, además de ofrecer la mano de obra barata de sus habitantes y permitir la entrada de cierta cantidad de técnicos extranjeros.

El error del modelo socialista venezolano fue creer que solo de pan vive el hombre, es decir, que solo con vender petróleo iban a solucionar los problemas del país, las empresas del Estado resultaron ser un fracaso, con ciertas excepciones, vimos desfilar una serie de gerentes corruptos que no hicieron más que robar y quebrar empresas del Estado.

La crisis venía avanzando lentamente, en 2010, estuve en Barinas como estudiante de pre-grado, y visitamos la empresa socialista Florentino, que tenía como objetivo aumentar el ganado en la región llanera, pero lejos de mostrarnos cómo se producía, los encargados nos atendieron en el estacionamiento, y solo se limitaron a contarnos la historia de la empresa, se notaba poca actividad en la misma, meses después el ministro de agricultura de entonces, Juan Carlos Loyo, solicitaba al entonces presidente de Venezuela Hugo Chávez, un punto de cuenta para inyectarle recursos a la empresa, ahí estaba la respuesta, la empresa estaba quebrada.

Pero, ¿por qué fracasaron estas empresas y se convirtieron en nidos de corrupción?, la razón es que muchos ciudadanos venezolanos tienen una serie de anti-valores que el mismo socialismo intenta eliminar que son el individualismo y el egoísmo, por eso los gerentes se roban el dinero de las empresas y realmente no les interesa en lo más mínimo su éxito, y presentan otra característica: no tienen sentido de pertenencia, no les interesa el desarrollo de su propio país, sino su enriquecimiento.

Esta es una de las principales razones del fracaso del modelo socialista como lo ha conceptualizado el chavismo desde el año 2006, el Estado no puede ser dueño de todas las empresas. El modelo pisoteo el emprendimiento, no alentó el crecimiento de la pequeña y mediana empresa, no vamos a decir que lo prohibió pero truncó su camino de distintas maneras.

El caso de las fincas expropiadas es el mejor de los ejemplos, las mismas constituían latifundios, pero en vez de dividir esas fincas en porciones más pequeñas, repartir las tierras a los trabajadores del campo, normar el uso de las mismas, por ejemplo: aquellas con vocación para ganadería, debían ser usadas para tal fin, mezclándolas con sistemas agroforestales. Se crearon empresas socialistas que no digamos que fracasaron al 100% pero si en un gran porcentaje, y es por la misma razón “la empresa no es mía no tengo que hacerla crecer” y solo buscaban los beneficios a corto plazo.

En respuesta a eso, ¿cuál debe ser el camino a seguir en Venezuela? El emprendimiento, es ahora cuando Venezuela necesita un gran movimiento que promueva el emprendimiento en el país, muchos de los jóvenes que han migrado querían tener sus propias empresas, tenían ideas para el desarrollo del país pero han sido invisibilizados por las políticas públicas, que al menos hasta hoy, relegaron a la pequeña y mediana industria a un segundo lugar.

Carlos Leal Ollarves
Licenciado en Estudios Ambientales 
Maestrante en Gestión de Recursos Naturales Renovables 




El motor minero, las concesiones y los impactos ambientales




En días pasados vimos cómo el Gobierno venezolano emprendió una nueva serie de medidas económicas, como lo dijimos en nuestro artículo anterior, el gobierno Bolivariano acudiría a la minería para tratar de salir de la crisis, lo cual ocurrió. Pero lo más sorprendente fueron las concesiones y a quién fueron otorgadas.

Por otro lado, sorprendió la creación de la Compañía Anónima Militar de Industrias Mineras, Petrolíferas y de Gas (CAMINPEG), compañía adscrita al Ministerio de la Defensa, lo cual constituye un hito en la historia de Venezuela, donde nunca antes la Fuerza Armada había sido autorizada para extraer Recursos Naturales, pues su función es defender esos recursos y no explotarlos, la pregunta que surge es ¿Cuáles son las consecuencias de esta decisión del presidente Nicolás Maduro?

Lo de CAMINPEG tiene gran resonancia porque el sistema militar tiene autonomía del mundo civil, por ejemplo, existe la justicia militar, la contraloría de la FANB, la fiscalía general militar, pero los civiles no intervenimos en este sistema, al menos el ciudadano común no podrá hacer contraloría social de esta empresa, y es lo más preocupante.

Ahora vayamos a las concesiones otorgadas, el gobierno de Venezuela otorgo una concesión a la empresa canadiense Gold Reserve, esto parece paradójico pues Canadá es uno de los países que más férrea oposición a puesto al modelo bolivariano, algunos dirán que las transnacionales no tienen fronteras y es verdad, pero este es un gobierno que siempre se opuso a que las manos imperiales se aprovecharan de los Recursos Naturales de Venezuela.

Pero más allá de los aspectos políticos, es que la concesión otorgada es para minería a cielo abierto, es decir, no se va a instalar tecnología, no va a existir una planta de procesamiento del oro, que son menos impactantes al ambiente, simplemente se va a extraer. Se aprovechó la coyuntura económica para no hacer ningún estudio de impacto ambiental de los proyectos que se llevarán a cabo en el motor minero, es cierto que estamos en una crisis pero no debemos caer en la desesperación, cuando ni siquiera se ha acudido a un plan de austeridad económica, con reducción del aparato del Estado.

Lo más preocupante es que las empresas mineras de Canadá estén entrando en América Latina, como si se tratase de una invasión silenciosa, ya están en países como Perú, Colombia y la República Cooperativa de Guyana, si, en nuestro Esequibo estas empresas explotan nuestros recursos y ahora nosotros les abrimos las puertas para que se lleven el oro que queda de este lado.

Con estas medidas el gobierno de Nicolás Maduro, adquiere similitudes históricas con países como China luego de la muerte de Mao Tse Tung, cuando China se abrió a las inversiones extranjeras de los países capitalistas a los que se había opuesto.

Pero más allá de eso, ¿qué va a pasar con la contaminación en el lugar de las concesiones?, tenemos normas técnicas ambientales sobre la calidad del agua pero lo que pocos saben es que las condiciones de los ecosistemas no son iguales en toda Venezuela. Entonces, necesitamos estudios que establezcan los niveles de calidad ambiental que las compañías estén obligadas a respetar.

Debemos exigirles medidas ambientales de prevención, mitigación, compensación y control de los impactos ambientales generados por las actividades mineras, pero un momento, eso debe hacerse antes de darles la concesión, ya se la otorgaron.


Esto es muy preocupante y hasta ahora solo hemos visto dos puntos del problema, no hay discusión de este tema, no hay información oficial, el ministerio de ecosocialismo y aguas, solo existe en el papel y en las palabras románticas y mientras tanto otros se dedican a posicionar hashtags en Twitter.

Carlos Leal Ollarves
Licenciado en Estudios Ambientales 
Maestrante en Gestión de Recursos Naturales Renovables y Ambiente (con énfasis en Estudios de Impacto Ambiental